sábado, 24 de marzo de 2012

Escribió un día GASTÓN OLIVERA, en su VEAMAS MAGAZINE:
“El dramaturgo y director catalán Pau Miró, tiene cierta fascinación por el Raval de Barcelona. Un barrio tan interesante y apasionante como oscuro y sórdido. Nacido de la ampliación de las murallas medievales de la ciudad, poco a poco fue creciendo y fueron instalándose la mayoría de los inmigrantes que allí llegaban. La droga, la prostitución y los bajos fondos se cebaron en las calles. Era la Barcelona más negra y condenada que se mantuvo así hasta finales de la década de los 80’s, cuando comenzó un cambio profundo en ese lugar.

Y es allí donde está ubicado el departamento de Lali, la protagonista de esta pieza. Una prostituta que odia lo que hace y que sueña con otra forma de vida. Que busca clientes cerca de los museos y que comparte su piso con Carlos, su pareja. Desde hace ya un tiempo largo es visitada por David, un hombre que desea a toda costa que su mujer enferma muera de una vez. La cuestión es que éste último no es uno más, es quien le abrió las puertas a la literatura y a los grandes autores y pensadores de la historia. Aunque este pensamiento venga de frases extraídas de bombones, tiñen de color y dan un poco de luz a tanta oscuridad. Pero más allá de este detalle, ambos sienten una atracción especial. Lo que expone a Lali a dos planos bien diferentes: su propia realidad viviendo con Carlos, su concubino y proxeneta, en un ámbito de sometimiento, violento y enfermizo, entre drogas, golpes y hamburguesas. Mientras que por el otro, un mundo nuevo, diferente, aparentemente sin sufrimiento. Ella ama a su “chulo”, pero duda cada vez que aparece su cliente.

Así, entre celos, llamados, salidas, buenos y malos tratos, esta mujer tratará de hacer lo mejor que puede con su vida.
(http://www.veamasdigital.com.ar/ )

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