Yoska Lázaro: “Lo peor de todo es dar por sentado el absurdo”
Como en la antigüedad, cuando el teatro era el foro público para pensar las problemáticas sociales y su incidencia en el mundo privado, hay temas tan sensibles que necesitan ser observados al resguardo de la cuarta pared.
En ese sentido, la propuesta de la obra Llueve en Barcelona [...] lucha contra cierto sentido de los común que determina que los trapitos sucios se lavan en casa. Pero discrepando con los que plantean que la obra es polémica [...], es un ejercicio intenso de reflexión sobre un tema que por más que sea tratado una y otra vez sigue siendo complejo.
[...]
"Me copé en esa línea, me interesa todo lo que puede ayudar a una reflexión sobre las cosas a nuestro alrededor, sobre la sociedad en la que vivimos. Tratar el tema de la violencia de género pero desde la mirada de una prostituta, me parecía un movimiento dramatúrgico muy importante por parte de Pau Miró (el autor), porque al espectador le permite reflexionar desde cierta distancia que la gente pone al tratarse de una prostituta, para luego pegar el salto y darse cuenta que esto sucede en todos lados, no sólo en esos sectores."
Que Lali sea una prostituta no es un detalle menor porque se corre el riesgo de favorecer la estigmatización. Sin embargo, la obra sale airosa de la prueba e incluso cuenta con el aval de la Asociación de Meretrices Argentinas (AMMAR), que la calificó como "una obra inteligente y cálida que se despliega en un tono de intensa melancolía.
Y sobre todo, una obra realista, que refleja aristas de la intimidad de nuestro trabajo. [...] Por otro lado, esta obra cuenta con un elenco íntegramente español.
En ese sentido, la propuesta de la obra Llueve en Barcelona [...] lucha contra cierto sentido de los común que determina que los trapitos sucios se lavan en casa. Pero discrepando con los que plantean que la obra es polémica [...], es un ejercicio intenso de reflexión sobre un tema que por más que sea tratado una y otra vez sigue siendo complejo.
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"Me copé en esa línea, me interesa todo lo que puede ayudar a una reflexión sobre las cosas a nuestro alrededor, sobre la sociedad en la que vivimos. Tratar el tema de la violencia de género pero desde la mirada de una prostituta, me parecía un movimiento dramatúrgico muy importante por parte de Pau Miró (el autor), porque al espectador le permite reflexionar desde cierta distancia que la gente pone al tratarse de una prostituta, para luego pegar el salto y darse cuenta que esto sucede en todos lados, no sólo en esos sectores."
Que Lali sea una prostituta no es un detalle menor porque se corre el riesgo de favorecer la estigmatización. Sin embargo, la obra sale airosa de la prueba e incluso cuenta con el aval de la Asociación de Meretrices Argentinas (AMMAR), que la calificó como "una obra inteligente y cálida que se despliega en un tono de intensa melancolía.
Y sobre todo, una obra realista, que refleja aristas de la intimidad de nuestro trabajo. [...] Por otro lado, esta obra cuenta con un elenco íntegramente español.
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Yoska explica: "me gusta el hecho de que fuera en Barcelona, porque normalmente aquí en la Argentina persiste esa idea del primer mundo y el tercer mundo, con la que no estoy de acuerdo. Situarla en Barcelona, una ciudad cosmopolita y moderna, permitía entender que es una problemática universal, no sólo de Latinoamérica. Porque lo peor que puede pasar es la normalización del absurdo."
[...]
Dentro de esta obra tan española, el toque argentino lo da la participación especial de Elizabeth Vernaci, en una voz en off que trae a la obra "un testimonio de una prostituta del Raval que fue inspirador para la dramaturgia de este texto. La protagonista Lali tiene mucho que ver con este testimonio entonces había algo romántico en que una persona con la popularidad y el nombre de la Vernaci tomara las palabras de una prostituta anónima para que pueda llegar a tantos lugares".
Yoska explica: "me gusta el hecho de que fuera en Barcelona, porque normalmente aquí en la Argentina persiste esa idea del primer mundo y el tercer mundo, con la que no estoy de acuerdo. Situarla en Barcelona, una ciudad cosmopolita y moderna, permitía entender que es una problemática universal, no sólo de Latinoamérica. Porque lo peor que puede pasar es la normalización del absurdo."
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Dentro de esta obra tan española, el toque argentino lo da la participación especial de Elizabeth Vernaci, en una voz en off que trae a la obra "un testimonio de una prostituta del Raval que fue inspirador para la dramaturgia de este texto. La protagonista Lali tiene mucho que ver con este testimonio entonces había algo romántico en que una persona con la popularidad y el nombre de la Vernaci tomara las palabras de una prostituta anónima para que pueda llegar a tantos lugares".
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